Cuando llega el cambio de hora, muchos celebran la “hora extra” de sueño. Pero para quienes conducimos, ese pequeño ajuste puede convertirse en una gran diferencia. No se trata solo de mover el reloj: el cuerpo y la carretera también cambian. Los primeros días tras el cambio se podría notar más cansancio y una ligera desconexión, justo lo que no queremos al volante.
1. Por qué el cambio de hora altera nuestra conducción
El impacto en el ritmo biológico y la somnolencia
Nuestro organismo sigue un ritmo circadiano que necesita tiempo para adaptarse. Aunque “ganemos” una hora, el cuerpo percibe el cambio como un mini jet lag. Hay estudios realizados sobre los cambios, pero no son concluyentes.
La somnolencia diurna aumenta, especialmente al conducir de vuelta del trabajo. Según la DGT, esta fatiga puede tener un efecto similar a conducir con alcohol en sangre. Los primeros dos o tres días después del cambio son los más duros: la concentración baja y los reflejos se ralentizan.
Cansancio, irritabilidad y menor concentración
El cansancio no solo afecta la atención: también provoca irritabilidad y errores de juicio. Muchos accidentes menores ocurren por micro-distracciones. Si notas parpadeos frecuentes o pierdes la noción del tráfico, es señal de que tu cuerpo aún no se ha reajustado.
Dormir tus 7-8 horas, ventilar el coche y mantener una temperatura agradable (unos 22 °C) ayuda a combatir esa sensación de “modorra”.
2. Oscuridad y visibilidad: los peligros invisibles del horario de invierno
La pérdida de agudeza visual y los deslumbramientos
Con el horario de invierno, la oscuridad llega antes, y muchos trayectos que antes hacías con luz ahora se desarrollan al anochecer. De noche perdemos hasta un 30 % de capacidad visual, lo que reduce la percepción de distancia y profundidad.
Además, los cambios de luz al amanecer o atardecer provocan deslumbramientos que pueden dejarte “a ciegas” durante segundos. En mi caso, siempre llevo las lunas impecables: un parabrisas sucio multiplica el reflejo de los faros contrarios.
Cómo adaptar tus hábitos de conducción a menos luz
- Luces siempre encendidas, incluso en días nublados.
- Reduce la velocidad y aumenta la distancia de seguridad.
- Si te deslumbra otro vehículo, mira ligeramente hacia el borde derecho de la carretera y evita mirar directamente al foco.
- Aprovecha los espejos correctamente regulados y revisa el estado de tus neumáticos y limpiaparabrisas.
3. Consejos prácticos para conducir seguro tras el cambio de horario
Preparación del vehículo: luces, neumáticos y limpieza
Antes de ponerte en marcha, revisa el alineado de faros, la presión de neumáticos y la limpieza exterior. Un buen mantenimiento mejora la visibilidad y la estabilidad del coche en carreteras húmedas o frías.
Hacer una revisión rápida de luces y líquido limpiaparabrisas el mismo fin de semana del cambio de hora: es un pequeño hábito que marca una gran diferencia.
Atención y descanso: tus mejores aliados en carretera
La fatiga acumulada puede aparecer incluso con pocas horas de conducción. Si notas somnolencia, detente y descansa 10 minutos. Evita comidas copiosas y mantén el habitáculo ventilado.
Si conduces de noche, evita la calefacción excesiva: el calor induce sueño y reduce la concentración.
Hábitos inteligentes que marcan la diferencia
- Ajusta tu horario de sueño unos días antes del cambio.
- Planifica trayectos con buena iluminación.
- No abuses de la cafeína; su efecto es corto y puede generar rebote.
- Considera realizar cursos de conducción en condiciones adversas para mejorar reflejos y confianza.
4. Conclusión: prevenir, adaptarse y conducir con cabeza
El cambio de hora no es un enemigo, pero sí un desafío para la seguridad vial. Anticiparte, conocer tus límites y ajustar tus rutinas son claves para evitar sustos.
Cada año, este pequeño cambio nos recuerda que conducir requiere atención plena y respeto por nuestros propios ritmos. En mi caso, desde que sigo estos hábitos, los trayectos nocturnos del otoño son mucho más tranquilos.
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Preguntas frecuentes
¿Por qué el cambio de hora aumenta los accidentes?
Porque altera el ciclo del sueño y cambia las condiciones de luz, reduciendo la atención y la visibilidad.
¿Cuánto tarda el cuerpo en adaptarse?
Entre 3 y 5 días, dependiendo de la rutina de descanso y exposición a luz natural.
¿Qué hacer si tengo sueño al volante?
Detente en un área segura, estira las piernas y descansa unos minutos. No confíes en “seguir un poco más”.
